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En Pocas Palabras ... Mirando hacia el futuro
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La unión hace la fuerza. Parte II
En esta ocasión volveré a trabajar una planta cuyo proceso de formación fue tratado en un artículo en mayo del 2012.
La siguiente tarea será una completa revisión de la vena viva, he de limpiarla con la mayor precisión posible.
Dedicaré el tiempo que sea necesario hasta obtener un resultado satisfactorio.
La siguiente fotografía muestra el resultado después de la limpieza de la vena viva.
Tratándose de una planta con un marcado sabor a bunjin, la simplicidad en el diseño ha de quedar muy patente.
Es muy importante que el tronco se muestre libre de hojas en el tramo de la zona alta, el movimiento de esta zona es el verdadero corazón de este diseño y nos marca el movimiento y fluir de la planta, como un círculo que se abre y finalmente concluye cerrándose.
Llegados a este punto, continuaré con la limpieza de la hoja vieja. He de conseguir que el sol y el aire lleguen a todas las hojas.
Esta tarea de aclarado es fundamental para la salud de la planta y para conseguir una buena compactación y un intenso color verde.
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La siguiente fotografía muestra la zona más importante del diseño y se aprecia que aún es necesario realizar algunas mejoras.
Tendré que eliminar la corteza seca y sobre todo, tendré que mostrar claramente el nacimiento del Jin que cae hacia abajo, es importante que se vea su origen y la procedencia.
También hay que dedicarle el tiempo que sea necesario para que la zona quede perfectamente refinada y con la mayor nitidez posible.
En este caso, la situación requiere justo lo contrario de lo comentado con anterioridad referente al jin que cae. Antes era necesario dejar claro la procedencia del jin y ahora es necesario que no se aprecie donde termina el shari, mejor tener la sensación que se esconde tras la vena viva y se difumina dentro de la copa.
Bien, la siguiente fotografía muestra el estado de la planta con los trabajos realizados hasta el momento.
Ha llegado el momento de corregir el ángulo de plantado y definitivamente establecer el correcto.
Como la planta fue trasplantada el año anterior, solo será necesario sacar el cepellón de la maceta y volver a recolocarlo sin apenas deshacerlo.
Ha sido una suerte que la zona del nebari con el cambio de ángulo haya ganado en calidad.
Una vez corregido el ángulo de plantado ya puedo rematar el trabajo con el líquido de jin y dar por concluida esta sesión de trabajo.
El paso del tiempo
Cada año, la propia naturaleza va mejorando todos los detalles y nos muestra en ellos el paso del tiempo.
Por desgracia para los que nos dedicamos a esto del bonsái, este parámetro esta totalmente fuera de nuestro alcance. La mayor parte de los trabajos realizados serán evidentes varios años después de haberse ejecutado, por ello, la paciencia y el tesón serán nuestros mejores aliados.
Desde el cuello de las raíces hasta la copa, el redondeamiento de la línea de subida de savia nos recuerda el irremediable paso del tiempo. Esta característica es sumamente importante y aunque el trabajo en origen está realizado por el ser humano, la propia naturaleza de la planta va eliminando las señas de artificio y conjuntamente a la madera muerta nos enseña una importante lección de la naturaleza, la vida siempre se abre camino. Este sentimiento nos resume la tranquilidad al saber que en la estrecha franja que delimita la vida de la muerte, la vida toma ventaja.
El verde esmeralda de la copa, nos enmarca la belleza íntima de los pequeños detalles irregulares y caprichosos que el tiempo va dejando a su paso.
Las siguientes fotografías muestran el resultado obtenido después de dos sesiones de trabajo.
Queridos compañeros, independientemente de nuestra destreza en la creación de una obra bonsái, jamás, repito, jamás hemos de cesar en la búsqueda de la pureza de la imperfección natural y jamás hemos de olvidar por qué hacemos bonsái, jamás olvidemos que el principal objetivo en el arte bonsái es emocionar al observador con esos pequeños detalles íntimos y humildes presentes en todos los rincones de la naturaleza.
Gracias por vuestra lectura.
Click aquí para recapitular: La unión hace la fuerza
La siguiente imagen muestra el resultado obtenido en aquella sesión de trabajo.
En el trabajo de una planta, por norma general excepto en ocasiones precisas como por ejemplo una demostración, siempre se intentará buscar la mayor efectividad posible eliminando aquello que el autor de la obra considere oportuno.
Recapacitar y eliminar lo que la naturaleza por sí misma habría eliminado, aquello que es superfluo, aquello que confunde y que solo puede transmitir juventud, y por supuesto hay que tener en cuenta el guion o la historia que se quiere transmitir con cada detalle del diseño.
Comenzaré el trabajo con la limpieza del cepellón y la eliminación del alambre puesto con anterioridad.
La siguiente imagen muestra el resultado obtenido en aquella sesión de trabajo.
Con el mismo propósito del primer artículo, La unión hace la fuerza, un año y medio después, con la planta ya trasplantada a un ángulo más o menos correcto y después de un buen cultivo y abonado, la planta está lista para una nueva sesión de trabajo.
La siguiente imagen muestra el estado de la planta antes de continuar con su refinado.
En el trabajo de una planta, por norma general excepto en ocasiones precisas como por ejemplo una demostración, siempre se intentará buscar la mayor efectividad posible eliminando aquello que el autor de la obra considere oportuno.
Recapacitar y eliminar lo que la naturaleza por sí misma habría eliminado, aquello que es superfluo, aquello que confunde y que solo puede transmitir juventud, y por supuesto hay que tener en cuenta el guion o la historia que se quiere transmitir con cada detalle del diseño.
Comenzaré el trabajo con la limpieza del cepellón y la eliminación del alambre puesto con anterioridad.
Antes y después de la limpieza del cepellón. |
Para esta tarea usaré el cepillo de cobre y una cuchilla bien afilada.
La siguiente fotografía muestra el resultado después de la limpieza de la vena viva.
Es muy importante que el tronco se muestre libre de hojas en el tramo de la zona alta, el movimiento de esta zona es el verdadero corazón de este diseño y nos marca el movimiento y fluir de la planta, como un círculo que se abre y finalmente concluye cerrándose.
Esta tarea de aclarado es fundamental para la salud de la planta y para conseguir una buena compactación y un intenso color verde.
Las siguientes fotografías muestran detalles del aspecto de la planta con los trabajos realizados hasta el momento.
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Detalle general de la planta |
Tendré que eliminar la corteza seca y sobre todo, tendré que mostrar claramente el nacimiento del Jin que cae hacia abajo, es importante que se vea su origen y la procedencia.
También hay que dedicarle el tiempo que sea necesario para que la zona quede perfectamente refinada y con la mayor nitidez posible.
Después de un buen rato de trabajo, podemos observar en la siguiente fotografía el resultado obtenido.
Ahora si queda bastante clara la procedencia del Jin.
Este tipo de detalles son importantes a la hora de conseguir simplicidad y profundidad en la historia que nos cuenta esta planta.
Bueno, llegó el momento del alambrado.
Usaré solo medidas de alambre de 1.5 y 1 ya que las ramas más gruesas ya esta fijadas en su posición correcta.
Una vez terminada la tarea de alambrado intentaré mejorar otro pequeño detalle que aún está pendiente.
El problema es justo donde donde termina el shari, se ve artificial y hay que resolverlo.
Usaré la fresadora con una cuchilla fina para realizar un trabajo sutil y preciso.
Aquí hay que trabajar con mucha concentración, un error puede ser desastroso.
En este caso, la situación requiere justo lo contrario de lo comentado con anterioridad referente al jin que cae. Antes era necesario dejar claro la procedencia del jin y ahora es necesario que no se aprecie donde termina el shari, mejor tener la sensación que se esconde tras la vena viva y se difumina dentro de la copa.
Bien, la siguiente fotografía muestra el estado de la planta con los trabajos realizados hasta el momento.
Ha llegado el momento de corregir el ángulo de plantado y definitivamente establecer el correcto.
Como la planta fue trasplantada el año anterior, solo será necesario sacar el cepellón de la maceta y volver a recolocarlo sin apenas deshacerlo.
Ha sido una suerte que la zona del nebari con el cambio de ángulo haya ganado en calidad.
Una vez corregido el ángulo de plantado ya puedo rematar el trabajo con el líquido de jin y dar por concluida esta sesión de trabajo.
El paso del tiempo
Cada año, la propia naturaleza va mejorando todos los detalles y nos muestra en ellos el paso del tiempo.
Por desgracia para los que nos dedicamos a esto del bonsái, este parámetro esta totalmente fuera de nuestro alcance. La mayor parte de los trabajos realizados serán evidentes varios años después de haberse ejecutado, por ello, la paciencia y el tesón serán nuestros mejores aliados.
Desde el cuello de las raíces hasta la copa, el redondeamiento de la línea de subida de savia nos recuerda el irremediable paso del tiempo. Esta característica es sumamente importante y aunque el trabajo en origen está realizado por el ser humano, la propia naturaleza de la planta va eliminando las señas de artificio y conjuntamente a la madera muerta nos enseña una importante lección de la naturaleza, la vida siempre se abre camino. Este sentimiento nos resume la tranquilidad al saber que en la estrecha franja que delimita la vida de la muerte, la vida toma ventaja.
El verde esmeralda de la copa, nos enmarca la belleza íntima de los pequeños detalles irregulares y caprichosos que el tiempo va dejando a su paso.
Las siguientes fotografías muestran el resultado obtenido después de dos sesiones de trabajo.
Antes y después desde la primera sesión de trabajo |
Antes y después en esta sesión de trabajo |
Gracias por vuestra lectura.
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Puesta a punto de un Kuro Matsu
Desde siempre, una de mis especies clásicas y favoritas ha sido el Kuro Matsu o Pino Negro Japonés. Cada vez que me dispongo a trabajar alguno siempre recuerdo dos momentos muy particulares.
El primero es cuando hace bastante tiempo los observaba en las revistas y me preguntaba si algún día llegaría a trabajar alguno. El segundo es cuando por primera vez puse mis manos sobre uno de calidad, fue hace algunos años atrás, en el Museo de Bonsái de Marbella bajo el asesoramiento de Massimo Bandera.
Siempre agradeceré a Rodrigo García, propietario del museo, el haberme dado la oportunidad de guardar un primer gran recuerdo con esta variedad de pino.
La siguiente foto muestra el Kuro Matsu que trabajaré en esta ocasión.
Mi objetivo será la puesta a punto de la planta a todos los niveles: limpieza, refinado de leña seca, alambrado, colocación de la ramificación, etc., de este modo, a partir de este año se podrán empezar todas las técnicas de pinzado a fin de conseguir el espesor característico en la copa de los pinos negros japoneses.
Las siguientes fotos muestran el estado de la planta a día de hoy.
Detalle del nebari |
Detalle del tachiagari |
En un pino de este tamaño son necesarias como mínimo 2 o 3 horas para completar la eliminación de las agujas viejas.
Una vez realizado este trabajo, voy a hacer una limpieza de la superficie del sustrato.
No solo eliminaré las plantas que crecen expontáneamente y compiten con el pino por el abono y el reducido espacio de la maceta, también eliminaré la primera capa superficial para eliminar los restos de abono del año pasado.
Estado del cepellón |
Por norma general y si no hay evidencia de ningún problema, un pino negro en el estado en el que éste está, suelo trasplantarlo cada 4 años más o menos, por lo que si no limpio a fondo la capa superficial, después de un par de años comenzará a rechazar el agua y será más complicado saber si el cepellón se ha saturado correctamente en cada riego.
Es de vital importancia en el cultivo de cualquier planta y especialmente cuando se procede al refinado de la ramificación, saber que el cepellón absorbe de manera homogénea el agua y queda completamente saturado.
Esta limpieza también me permitirá aprovechar para comprobar el estado de las micorrizas. Si están en buen estado no solo se verán, también desprenderán un olor muy particular.
Detalle del buen estado de las micorrizas |
Después de la limpieza del cepellón |
A continuación, el siguiente trabajo será el refinado de todos los restos de ramas cortadas en el pasado. Retiraré la corteza y crearé zonas de leña seca con unas particularidades determinadas.
Las siguientes fotos muestran algunas de los puntos que he de refinar.
Realizar un Jin puede ser tan fácil como pelar la rama y con más o menos pericia intentar dotarlo de naturalidad, seguramente con eso será suficiente pero, un Jin por sí solo tiene la posibilidad de transmitir al observador diversas lecturas.
Como ya he comentado en anteriores artículos, la madera de los árboles se degrada de una manera particular dependiendo de las características de la especie a la que pertenezcan y de la propia evolución individual de la planta, pero también existen otros parametros externos que intervienen en el aspecto de la leña seca de los árboles en la naturaleza, mostrando distintos tipos de traumas dependiendo de la forma en que estos se han producido.
Teniendo en cuenta estos factores podremos diferenciar por ejemplo ramas que se han desgajado por el peso de la nieve, otras que se ha retorcido por un fuerte e intenso viento, otras que ha sufrido un ataque por una plaga de insectos como por ejemplo la procesionaria de los pinos, que puede acabar con toda una rama completa sin dañar nada más que las acículas, etc. etc. etc.
Este es el resultado obtenido sobre los jines trabajados.
Jin con aspecto retorcido |
Jin con aspecto de degradado con lentitud. |
Jin pequeño en la ramificación secundaria |
Queridos amigos, nunca pensemos que un bonsái es solo la bonita portada de un libro, un bonsái es el contenido de tal libro, lo leemos y nos relata con todo lujo de detalles una historia.
Teniendo en cuenta estas posibilidades, siempre podremos trabajar o observar un jin con un significado mucho más amplio.
Bien, la siguiente foto muestra el estado de la planta antes de proceder al alambrado y colocación de la ramificación.
Después de varias horas, puedo dar por concluida esta etapa del trabajo. Mi próxima labor será la limpieza de la maceta.
La maceta que vemos en la siguiente fotografía forma pareja con la planta protagonista de este artículo.
Está fabricada en Japón, exactamente en Seto por uno de los pocos maestros de esta localidad que fabrican macetas de calidad para bonsái, Shinzan.
Detalle general de la maceta |
Firma y sello |
Aunque hoy en día la producción de macetas en Japón está de capa caída, Seto, junto a Tokoname, Echizen, Bizen, Tonba y Shigaraki eran las localidades clásicas de manufacturación de cerámica de calidad en Japón, seguidas de casi un centenar de localidades en el mismo país.
Detalles de las esquinas y sello frontal |
Detalle del labio |
Sinceramente opino que trabajar plantas con una calidad medianamente alta te deja un buen sabor de boca por que casi siempre obtienes resultados más que aceptables, aunque nunca hay que pensar que no podemos obtener buenos resultados con plantas mucho más humildes.
Creo que la verdadera esencia del bonsái es un camino interior con nosotros mismos, en el cual encontramos la tranquilidad y la seguridad de caminar con pasos firmes y decisivos sin buscar la aprobación de quien nos rodea.
En estos momentos vuelvo a recordar la primera vez que toque ese maravilloso pino negro en el museo de Marbella, solo el hecho de admirarlo y acariciarlo me ha proporcionado una de las mejores experiencias que recuerdo en este raro mundo del bonsái.
Las siguientes fotos muestran el resultado final del trabajo realizado.
Antes y después |
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Foto final |
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Foto familiar |
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En Pocas Palabras... Primeros pasos de un Mame Kuromatsu
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El Olmo De Sergio
La siguiente fotografía muestra la planta que trabajaré en esta ocasión.
Se trata de un olmo cuyo propietario, Sergio, me encargó su trabajo a fin de mejorar el aspecto general de la planta ya que se ve un poco tosca y sin ningún detalle de interés.
La única manera que tengo de mejorar esta planta es creando leña seca a lo largo del tronco para corregir todas las cicatrices, de este modo añadiré un detalle de interés sobre el cual se asiente el diseño de la planta y la historia que ésta nos cuenta.
Una vez tengo claro que la silueta de la leña seca queda de manera correcta, ya puedo empezar a marcar la zona de corte.
La siguiente fotografía muestra el punto a partir desde el cual y hacía arriba, mostrare la parte de leña seca superficial que se aprecia en la foto de más arriba, la del olmo en la naturaleza.
Bien, ya solo me queda eliminar toda la corteza de la zona del tronco que albergará el sabamiki.
Sabamiki es la palabra japonesa para definir la oquedad en el tronco.
La técnica consiste en ahuecar o vaciar el tronco simulando el efecto del paso del tiempo después de un trauma importante, la causa puede ser un rayo, una rama importante que muere, etc. queda al descubierto la madera seca del interior que es atacada por hongos y bacterias que la descomponen produciendo la oquedad. Este rasgo es una seña de identidad muy característica en muchos de los viejos árboles de hoja caduca.
En la mitad superior de la zona descortezada hay restos de ramas podadas. Los nudos producidos en la madera la hacen más persistentes ya que las fibras de la madera están más comprimidas y modificadas, esta singularidad me da la posibilidad de crear la madera superficial con cierto criterio.
La última tarea a realizar es el trasplante a una maceta elegida por el propietario de la planta y obra de María José González con un acabado muy simple y esmalte de color beige. Creo que se ajusta muy bien.
María José González Ceramista <-------- Click aquí para acceder a la página web de la ceramista.
Después del trasplante puedo dar por concluida esta sesión de trabajo.
Se trata de un olmo cuyo propietario, Sergio, me encargó su trabajo a fin de mejorar el aspecto general de la planta ya que se ve un poco tosca y sin ningún detalle de interés.
El olmo no es una variedad que trabaje con asiduidad, de hecho creo no haber trabajado más de 4 o 5 desde que me dedico al bonsái.
Cuando observé este olmo por primera vez, pude ver que tenía muchas cicatrices de ramas podadas a lo largo de todo el tronco. Al ser una planta de engorde en el suelo, crece de una manera desmesurada y una vez se extrae y se planta en una maceta, nos encontramos con todas esas feas y antinaturales cicatrices que provienen de las ramas de sacrificio.
Algo también habitual en las plantas de engorde en el suelo son los bruscos cambios de conicidad, en muchas ocasiones son errores muy difíciles de corregir.
En primer lugar tengo que abordar el trabajo con una planificación previa según la idea que quiero transmitir.
Para ello he de buscar alguna foto de un olmo en la naturaleza e intentar copiar según mi criterio los rasgos más sobresalientes que éste presente.
Para ello he de buscar alguna foto de un olmo en la naturaleza e intentar copiar según mi criterio los rasgos más sobresalientes que éste presente.
Podemos apreciar en la foto anterior que este olmo posee una oquedad bastante grande y profunda en la base, a medida que subimos por el tronco podemos apreciar restos del esqueleto de madera más superficial.
Una oquedad profunda y oscura siempre es un detalle que añade misterio y al ser observado siempre tendremos la sensación que algo se esconde dentro, un animal, una madriguera, un tesoro o una incluso una pequeña gruta. Nadie que llegue hasta la base de este olmo se marcharía sin echar un vistazo dentro.
Nuestra planta protagonista tendrá una oquedad profunda y oscura y será la manera de vincular la planta al observador que sentirá la necesidad de asomarse con el deseo de descubrir aquello que su propia imaginación desee.
Ahora voy a hacer un rápido boceto para tener una idea clara de por donde orientar el trabajo.
Para mi es importante ver la silueta y el efecto de la leña seca y la corteza viva, de esta manera me resultará más fácil comprobar que no se verá artificial ya que una vez empiece con la fresadora los errores serán muy muy difíciles de subsanar.
Voy a eliminar la rama viva que se encuentra justo en el centro de la línea ascendente de leña seca.
La siguiente fotografía muestra el punto a partir desde el cual y hacía arriba, mostrare la parte de leña seca superficial que se aprecia en la foto de más arriba, la del olmo en la naturaleza.
Bien, ya solo me queda eliminar toda la corteza de la zona del tronco que albergará el sabamiki.
Sabamiki es la palabra japonesa para definir la oquedad en el tronco.
La técnica consiste en ahuecar o vaciar el tronco simulando el efecto del paso del tiempo después de un trauma importante, la causa puede ser un rayo, una rama importante que muere, etc. queda al descubierto la madera seca del interior que es atacada por hongos y bacterias que la descomponen produciendo la oquedad. Este rasgo es una seña de identidad muy característica en muchos de los viejos árboles de hoja caduca.
Bien, al cabo de un rato ya he alcanzado la primera etapa del trabajo.
La zona más alta también ha de ser retocada. En esta zona hay varias ramas vivas, por lo que primero realizaré el trabajo en la zona marcada y según el resultado, valoraré el trabajo a realizar en esta zona.
La zona más alta también ha de ser retocada. En esta zona hay varias ramas vivas, por lo que primero realizaré el trabajo en la zona marcada y según el resultado, valoraré el trabajo a realizar en esta zona.
La planta es bastante grande y la zona baja es bastante gruesa. He de idear una manera en que la oquedad no este completamente abierta ya que el interior se mostraría demasiado evidente y perdería el misterio, he de crear un juego entre verse y no verse.
En la mitad superior de la zona descortezada hay restos de ramas podadas. Los nudos producidos en la madera la hacen más persistentes ya que las fibras de la madera están más comprimidas y modificadas, esta singularidad me da la posibilidad de crear la madera superficial con cierto criterio.
Bien, vamos de lleno a la segunda fase del esculpido de la madera.
Usaré como siempre una amoladora Makita y las fresas de alta calidad Samurái, de apoyo la Proxon con las lijas y el soplete.
Después de un buen rato de trabajo ya he alcanzado la segunda etapa del trabajo.
La próxima tarea será eliminar toda la ramificación fina ya que aun no hay una estructura básica con el grosor adecuado.
Usaré como siempre una amoladora Makita y las fresas de alta calidad Samurái, de apoyo la Proxon con las lijas y el soplete.
Después de un buen rato de trabajo ya he alcanzado la segunda etapa del trabajo.
La próxima tarea será eliminar toda la ramificación fina ya que aun no hay una estructura básica con el grosor adecuado.
La última tarea a realizar es el trasplante a una maceta elegida por el propietario de la planta y obra de María José González con un acabado muy simple y esmalte de color beige. Creo que se ajusta muy bien.
María José González Ceramista <-------- Click aquí para acceder a la página web de la ceramista.
A partir de ahora no queda más remedio que esperar a que la madera recién trabajada vaya adquiriendo vejez y que el callo de los cortes en su crecimiento naturalice la terminación, claro que esto son cosas que solo el paso del tiempo puede otorgar, mientras tanto habrá que trabajar duro para conseguir una buena y adecuada ramificación.
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La Verdadera Esencia del Bonsái
No es nada nuevo decir que los pinos son los árboles que de mejor manera representan el poder, la fuerza y la rusticidad. Cuando hablamos del kuromatsu (pino negro japonés), estos valores son siempre mucho más evidentes.
Su negra corteza vieja y rugosa, su poderoso tronco, sus sobrias ramas y sus hojas gruesas, hacen que esta variedad de pino sea una de las más representativas del típico bonsái poderoso y de silueta enérgica e imponente.
La planta que trabajaré en esta ocasión es un kuromatsu de apenas 25 cms. sin embargo y gracias a la excelente calidad de partida de la planta, su pequeño tamaño no es ningún problema a la hora de representar esas innatas características mencionadas con anterioridad.
Para terminar, me gustaría hacer una reflexión con respecto al título de este artículo, recordando que nunca hemos de olvidar que la verdadera esencia y lo realmente bonito del bonsái, es el placer que proporciona ver nuestra planta mejorar con los años a través del cultivo y los sucesivos pinzados y alambrados.
Su negra corteza vieja y rugosa, su poderoso tronco, sus sobrias ramas y sus hojas gruesas, hacen que esta variedad de pino sea una de las más representativas del típico bonsái poderoso y de silueta enérgica e imponente.
La planta que trabajaré en esta ocasión es un kuromatsu de apenas 25 cms. sin embargo y gracias a la excelente calidad de partida de la planta, su pequeño tamaño no es ningún problema a la hora de representar esas innatas características mencionadas con anterioridad.
En la anterior fotografía podemos apreciar que nuestra planta protagonista evidentemente es un pino de importación de origen japonés.
Durante años ha tenido un engorde en el suelo perfectamente programado. A continuación ha sido trasplantado a una maceta donde se ha comenzado a crear una ramificación básica correcta y a partir de aquí pasa a la venta como material pre-bonsái con una calidad bastante aceptable.
Las siguientes fotografías muestran algunos detalles de la planta.
Una de las principales particularidades por la cual podríamos diferenciar un kuromatsu como modelo de planta firme y poderosa con respecto a otras especies de carácter más suave, es la disposición de la sashieda (rama principal).
En el kuromatsu, impondrán de manera tajante el movimiento de la planta y la horizontalidad de la rama en su último tramo permitirán que quede mucho más ensalzada la majestuosidad del ejemplar.
Es ya sabido que en un diseño bonsái, el tachiagari y la sashieda marcan por completo el movimiento y el ritmo de la planta, bien, en un kuromatsu de estilo shakan (inclinado) es de tal peso su importancia que la unión del tachiagari con la sashieda por si solos ejercerán la atracción necesaria que captará la atención del espectador convirtiendo este detalle en el corazón visual del conjunto.
Durante años ha tenido un engorde en el suelo perfectamente programado. A continuación ha sido trasplantado a una maceta donde se ha comenzado a crear una ramificación básica correcta y a partir de aquí pasa a la venta como material pre-bonsái con una calidad bastante aceptable.
Las siguientes fotografías muestran algunos detalles de la planta.
En el kuromatsu, impondrán de manera tajante el movimiento de la planta y la horizontalidad de la rama en su último tramo permitirán que quede mucho más ensalzada la majestuosidad del ejemplar.
Es ya sabido que en un diseño bonsái, el tachiagari y la sashieda marcan por completo el movimiento y el ritmo de la planta, bien, en un kuromatsu de estilo shakan (inclinado) es de tal peso su importancia que la unión del tachiagari con la sashieda por si solos ejercerán la atracción necesaria que captará la atención del espectador convirtiendo este detalle en el corazón visual del conjunto.
Como podemos apreciar en las fotografías siguientes, el tronco y la rama principal comparten el mismo carácter y hace que el conjunto sea verdaderamente maravilloso.
Encontrar un pino negro japonés en estilo inclinado con un tachiagari (tronco) con carácter excepcional puede ser posible, encontrarlo además con la sashieda (rama principal) a la altura del carácter del tronco es bastante más difícil ya que en la mayoría de los casos suele ser una característica que solo se da en plantas recuperadas de la montaña y este tipo de plantas tan particulares son tanto por precio como por dificultad en la importación poco probables fuera de Japón.
Volviendo al trabajo propiamente dicho, la primera tarea que realizaré será la eliminación del alambrado anterior y a continuación una selección básica de agujas que permitirá una mejor luminosidad y aireación en el interior de la planta.
Una vez realizada la selección de las agujas eliminaré la ramificación sobrante para comenzar a crear orden. Por último terminaré colocando un par de tensores para corregir la dirección de las ramas principales y mejorar el equilibrio.
Por ahora esto es suficiente.
Por ahora esto es suficiente.
El trabajo principal de esta planta ha de centrarse en la mejora de la rama principal que aún carece del carácter necesario para acompañar al tronco.
Después de un rato de trabajo puedo dar por concluida esta sesión de trabajo.
Detalle del antes y después |
Para terminar, me gustaría hacer una reflexión con respecto al título de este artículo, recordando que nunca hemos de olvidar que la verdadera esencia y lo realmente bonito del bonsái, es el placer que proporciona ver nuestra planta mejorar con los años a través del cultivo y los sucesivos pinzados y alambrados.
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Pequeño Gran Shimpaku
En la fotografía anterior se puede ver la planta que trabajaré en esta ocasión.
Se trata de un pequeño pre bonsái de Juniperus Chinensis de tan solo 24 cms. de altura.
El estado de la copa nos revela que jamás ha sido modelado para llegar a ser un bonsái.
Esta será la primera sesión de trabajo y por lo tanto una de las más importantes. En ella se definirá la dirección que tomará la planta y hacia donde hemos de orientar nuestros esfuerzos para mejorarla.
Los que me conocen bien saben lo mucho que aprecio esta variedad y los años que única y exclusivamente me dediqué a trabajarla. Siempre recuerdo lo mucho que aprendí y la gran influencia que tuvo esta variedad sobre mí al ver los trabajos de Masahiko Kimura en los tempranos números de la revista Bonsai Actual, sinceramente creo que desde entonces quedé cautivado por el shimpaku y evidentemente por la obra del MAESTRO Kimura.
Bien, pasemos al trabajo propiamente dicho...
Lo primero que haré, y esto es de libro, será ojear los detalles que se esconden tras la espesa copa para tener una idea aproximada de lo qué hay en el interior. Sea cual sea su tamaño siempre espero encontrar algún detalle de interés.
En este caso en concreto, solo con abrir un poco la copa, ya puedo ver unas particulares curvas en forma de espiral, detalle que pasa a ser candidato como un punto de interés principal en el diseño.
Las siguientes imágenes nos muestran las curvas mencionadas.
Ahora realizaré un aclarado general de la copa que me permita ver con más claridad el interior de la planta, de esta manera me resultará más fácil la toma de decisiones.
Eliminaré la hoja vieja y seleccionaré las subramas principales que claramente se salgan de un criterio de ordenamiento básico.
Bien, pasemos al trabajo propiamente dicho...
Lo primero que haré, y esto es de libro, será ojear los detalles que se esconden tras la espesa copa para tener una idea aproximada de lo qué hay en el interior. Sea cual sea su tamaño siempre espero encontrar algún detalle de interés.
En este caso en concreto, solo con abrir un poco la copa, ya puedo ver unas particulares curvas en forma de espiral, detalle que pasa a ser candidato como un punto de interés principal en el diseño.
Las siguientes imágenes nos muestran las curvas mencionadas.
Ahora realizaré un aclarado general de la copa que me permita ver con más claridad el interior de la planta, de esta manera me resultará más fácil la toma de decisiones.
Eliminaré la hoja vieja y seleccionaré las subramas principales que claramente se salgan de un criterio de ordenamiento básico.
Una vez realizado el aclarado de las hojas ya puedo tener una mejor visión del tronco y de la ramificación disponible.
Ahora resulta bastante más fácil ver como el tronco se enrolla sobre si mismo creando un raro efecto.
Se podría decir que este detalle en otra especie sería un defecto feo, sin embargo, tratándose de un Juniperus Chinensis, este defecto pasa a ser una virtud ya que es una característica habitual y se da con frecuencia en casi todas las variedades de esta especie.
La cuestión está en trabajarlo y mostrarlo de manera adecuada para que se vea interesante y la planta quede revalorizada.
La siguiente secuencia de imágenes nos muestra una rama que tapa por completo las curvas mencionadas por lo que no me queda más remedio que eliminarla.
También podemos apreciar una zona recta y fea inmediatamente después del nivel del sustrato.
Sin ningún lugar a dudas he de prestar especial atención para integrar ese tramo en el diseño sin que se vea tan feo y monótono.
Después de un rato ya tengo realizada una primera aproximación del trabajo.
La siguiente fotografía nos muestra el estado de la planta con los trabajos realizados hasta el momento.
Por ahora las tareas han sido realizadas para mejorar los detalles de la planta y definir un frente aproximado. A partir de ahora empezaré a modificar la estructura de la ramificación para comenzar con el modelado principal y así definir el diseño.
En este sentido el trabajo para mí tiene un orden:
Primero modificaré el tronco principal en el caso que sea necesario, segundo recolocaré las ramas primarias y por último alambraré la ramificación más fina.
Después de un rato la ramificación ya está prácticamente recolocada.
Solo faltan algunos retoques finales una vez el ángulo de plantado sea el correcto.
Un rato más tarde y después de rematar el trabajo con el liquido de jin puedo dar por concluida esta primera sesión de trabajo sobre este Juniperus Chinensis.
La siguiente imágene muestran el resultado obtenido en una secuencia de 4 fotos.
Aunque falta mucho trabajo por hacer, el camino para este pequeño shimpaku de 22 cms. ya está claramente definido.
El objetivo primordial que me propuse al comenzar era centrar la atención del espectador sobre la espiral del tronco y la verdad es que estoy satisfecho con el resultado final.
Muchas gracias por vuestra lectura y hasta pronto.
Antes y después |
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Foto final |
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Pequeño Gran Shimpaku Parte 2
Al igual que en el artículo anterior, en éste también trabajaré un shimpaku de características muy similares.
Tal y como comenté en el artículo anterior, siempre que me dispongo a realizar el diseño de una planta, lo primero que hago es un análisis general buscando las particulares propias sobre la cuales asentar el diseño.
Desde mi personal punto de vista, considero de vital importancia tener bastante claro que el diseño, físicamente hablando, ha de estar fundamentado en dos líneas de trabajo paralelas y por supuesto complementarias. Posteriormente volveremos a retomar este asunto una vez tengamos más claro los detalles particulares que se esconden en el interior de la copa de este shimpaku.
Antes de empezar el trabajo propiamente dicho trataré de aprovechar todas las ramas que sirvan para ser esquejadas.
En el caso de los shimpaku, el esquejado es sumamente sencillo y con un porcentaje de éxito prácticamente del 100%, lo único que hay que tener en cuenta es esquejar solo aquellas ramas que tenga un vigor alto y por supuesto, ni que decir tiene que solo merecerán la pena aquellas variedades que tengan una hoja de gran calidad. En este caso se trata de un shimpaku, variedad itoigawa por los que su hoja es excepcional, delicada, compacta y de un intenso color verde esmeralda, más no se puede pedir.
Bien, una vez tenga más o menos clara la dirección aproximada del diseño, comenzaré con la selección de la ramificación básica eliminando todas aquellas que según mi punto de vista considere absolutamente innecesarias.
Ahora seguiré seleccionado la ramificación y a continuación aclararé la hoja vieja.
También cuento con una rama interesante situada en la parte trasera que me será útil para el diseño que tengo en mente.
Voy a empezar a definir el shari y los jinescomunes en los Juníperos.
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Comentaba que siempre que trabajo una planta tengo dos líneas de trabajo sobre las cuales fundamento el trabajo físico.
Creo que es importante no confundir las particularidades propias de la planta, aquellas que la hacen diferentes del resto, con particularidades comunes de la especie, por que entonces al diseñarlas, irremediablemente caerían en el aburrido estereotipo y siempre tendríamos la sensación de Dejá Vu (Ya visto).
En el trabajo realizado al shimpaku anterior, puse en evidencia la espiral del tronco como particularidad propia y el trabajo de definición de leña seca (shari, jines y vena viva) como particularidad común de la especie.
En el trabajo de este shimpaku, la particularidad propia evidenciada es la curva dramática y el acabado con el tenjin, las particularidades comunes son evidentemente una vez más el shari, jines y la vena viva.
Vuelvo a reiterar la importancia de tener claro este concepto para no cometer el error de arrancar la personalidad de una planta pensando que un detalle o una característica propia NO es común a la especie a la que pertenecen.
Ahora ya si puedo dar por concluido esta sesión de trabajo y este artículo con las imágenes que muestran el resultado obtenido.
Creo que con el tiempo, una vez la copa madure y la planta sea trasplantada a una maceta adecuada, sin duda se convertirá en otro pequeño gran shimpaku.
Gracias por vuestra visita.
La siguiente imagen muestra la evolución del trabajo en 4 pasos.
Juniperus Chinensis var. Itoigawa
Altura: 18 cms. sin maceta.
Ancho: 17 cms.
Maceta Japonesa Hotouku provisional.
Altura: 25 cms |
Tal y como comenté en el artículo anterior, siempre que me dispongo a realizar el diseño de una planta, lo primero que hago es un análisis general buscando las particulares propias sobre la cuales asentar el diseño.
Desde mi personal punto de vista, considero de vital importancia tener bastante claro que el diseño, físicamente hablando, ha de estar fundamentado en dos líneas de trabajo paralelas y por supuesto complementarias. Posteriormente volveremos a retomar este asunto una vez tengamos más claro los detalles particulares que se esconden en el interior de la copa de este shimpaku.
Antes de empezar el trabajo propiamente dicho trataré de aprovechar todas las ramas que sirvan para ser esquejadas.
En el caso de los shimpaku, el esquejado es sumamente sencillo y con un porcentaje de éxito prácticamente del 100%, lo único que hay que tener en cuenta es esquejar solo aquellas ramas que tenga un vigor alto y por supuesto, ni que decir tiene que solo merecerán la pena aquellas variedades que tengan una hoja de gran calidad. En este caso se trata de un shimpaku, variedad itoigawa por los que su hoja es excepcional, delicada, compacta y de un intenso color verde esmeralda, más no se puede pedir.
Se pinchan los esquejes en akadama pura y regamos cuando la akadama empiece a secarse, como cualquier otra planta.
Bien, una vez tenga más o menos clara la dirección aproximada del diseño, comenzaré con la selección de la ramificación básica eliminando todas aquellas que según mi punto de vista considere absolutamente innecesarias.
Al cabo de un rato, este es el resultado que presenta nuestro shimpaku protagonista.
En la siguiente foto se puede apreciar una rama interesante.
En la siguiente foto se puede apreciar una rama interesante.
Voy a empezar a definir el shari y los jinescomunes en los Juníperos.
Detalle una vez realizada la tarea |
Detalle de la curva dramática y jines |
Es el momento de alambrar y recolocar la ramificación según el diseño que tengo previsto. En un par de horas puedo dar por concluida esta tarea.
La siguiente fotografía muestra el trabajo obtenido.
Bien, volviendo al tema que deje pendiente más arriba.
Comentaba que siempre que trabajo una planta tengo dos líneas de trabajo sobre las cuales fundamento el trabajo físico.
- La primera es trabajar e intentar hacer evidente las características comunes de la especie que estoy trabajando. Esto significa que si trabajo un Shimpaku, las particularidades comunes de los shimpakus son la madera seca (shari, jines o saba) y claro, el juego de la vena viva con esta madera seca.
- La segunda es trabajar e intentar hacer evidentes las características propias de la planta en cuestión: curvas del tronco, ramas singulares, maderas secas naturales, etc, etc, etc. presentes en la planta que estoy trabajando y que solo se dan en esta planta y la convierten en única.
Creo que es importante no confundir las particularidades propias de la planta, aquellas que la hacen diferentes del resto, con particularidades comunes de la especie, por que entonces al diseñarlas, irremediablemente caerían en el aburrido estereotipo y siempre tendríamos la sensación de Dejá Vu (Ya visto).
En el trabajo realizado al shimpaku anterior, puse en evidencia la espiral del tronco como particularidad propia y el trabajo de definición de leña seca (shari, jines y vena viva) como particularidad común de la especie.
En el trabajo de este shimpaku, la particularidad propia evidenciada es la curva dramática y el acabado con el tenjin, las particularidades comunes son evidentemente una vez más el shari, jines y la vena viva.
Vuelvo a reiterar la importancia de tener claro este concepto para no cometer el error de arrancar la personalidad de una planta pensando que un detalle o una característica propia NO es común a la especie a la que pertenecen.
Ahora ya si puedo dar por concluido esta sesión de trabajo y este artículo con las imágenes que muestran el resultado obtenido.
Creo que con el tiempo, una vez la copa madure y la planta sea trasplantada a una maceta adecuada, sin duda se convertirá en otro pequeño gran shimpaku.
Gracias por vuestra visita.
La siguiente imagen muestra la evolución del trabajo en 4 pasos.
Antes y después |
Juniperus Chinensis var. Itoigawa
Altura: 18 cms. sin maceta.
Ancho: 17 cms.
Maceta Japonesa Hotouku provisional.
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Foto final |
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Abrir El Melón
No hay nada más placentero que abrir un sabroso y dulce melón un caluroso día de verano, sin embargo a veces nos llevamos una gran desilusión cuando el sabor no es lo que esperábamos.
En esta ocasión el trabajo que realizaré será sobre un acebuche con un futuro poco prometedor.
Las siguiente fotos muestran la planta en cuestión antes del trabajo.
Es fácil apreciar que la calidad de esta planta es bastante baja, no obstante si observamos el extremo superior, podemos ver que hay una zona con madera seca vieja que parece interesante. Bien aprovechada puede transformar esta planta sin ningún interés en una renovada base sobre la cual construir un nuevo árbol.
El handicap principal a la hora de realizar el trabajo son las zonas con cortes rectos muy anti estéticos.
Otro importante problema es el exceso de madera inútil que hace que la planta tenga un volumen y sobre peso fuera de lo normal.
Lo primero que voy a hacer es eliminar estas zonas inútiles.
Con el uso de algunas cuñas, un martillo y una sierra, al cabo de un rato he podido eliminar parte del tronco. De esta manera no solo consigo aligerar el excesivo peso de la planta, también me permitirá trasplantar a una maceta más apropiada y bastante más pequeña.
La siguiente imagen muestra el estado de la planta después de la eliminación de la parte del tronco inservible.
Es el momento de hacer una primera limpieza en la zona de madera vieja y empezar averiguar si este melón esconde un sabor dulce o por el contrario insípido.
Después de un rato, lo que veo empieza a ilusionarme, pero aún resta un duro trabajo por delante.
Es hora de ir preparando las herramientas que usaré para el esculpido.
Haciendo una primera valoración de la linea de trabajo que he de realizar para esculpir la madera, tengo claro que he de buscar la manera de no traicionar la parte de madera seca natural con un trabajo que muestre en demasía la mano humana.
Mi idea es trabajar la zona de madera maciza desde dentro hacia afuera para que la parte de madera seca con mas apariencia de vejez situada en el exterior, atenúe el impacto visual que tiene la madera trabajada con maquinaria eléctrica.
Bueno, ya solo me queda comenzar con el trabajo esperando que la suerte me acompañe.
Después de unos pocas de horas de trabajo repartidas en varios días, por fin puedo dar por concluido esta sesión de trabajo.
Una vez finalizado el trabajo estoy contento del resultado obtenido, he podido rescatar una planta desahuciada y redirigirla por un camino mejor.
Seré paciente, aún faltan algunos arreglos menores de madera y mucho trabajo para construir la copa, pero si algún día esta planta tiene la suerte de ser presentada en una exposición, podré considerarlo como un éxito a nivel personal.
Las siguiente fotos muestran detalles del trabajo realizado.
Hace unos días unos buenos amigos me invitaban a usar esta planta para preparar una paella.
Lo siento amigos mios, no es que no me guste la paella pero, donde se ponga un buen melón...
En esta ocasión el trabajo que realizaré será sobre un acebuche con un futuro poco prometedor.
Las siguiente fotos muestran la planta en cuestión antes del trabajo.
Es fácil apreciar que la calidad de esta planta es bastante baja, no obstante si observamos el extremo superior, podemos ver que hay una zona con madera seca vieja que parece interesante. Bien aprovechada puede transformar esta planta sin ningún interés en una renovada base sobre la cual construir un nuevo árbol.
Detalle de zona con madera seca vieja |
El handicap principal a la hora de realizar el trabajo son las zonas con cortes rectos muy anti estéticos.
Otro importante problema es el exceso de madera inútil que hace que la planta tenga un volumen y sobre peso fuera de lo normal.
Lo primero que voy a hacer es eliminar estas zonas inútiles.
Detalle de zonas que no sirven y hay que eliminar. |
Con el uso de algunas cuñas, un martillo y una sierra, al cabo de un rato he podido eliminar parte del tronco. De esta manera no solo consigo aligerar el excesivo peso de la planta, también me permitirá trasplantar a una maceta más apropiada y bastante más pequeña.
La siguiente imagen muestra el estado de la planta después de la eliminación de la parte del tronco inservible.
Es el momento de hacer una primera limpieza en la zona de madera vieja y empezar averiguar si este melón esconde un sabor dulce o por el contrario insípido.
Después de un rato, lo que veo empieza a ilusionarme, pero aún resta un duro trabajo por delante.
Detalle de zona interesante. |
Es hora de ir preparando las herramientas que usaré para el esculpido.
Haciendo una primera valoración de la linea de trabajo que he de realizar para esculpir la madera, tengo claro que he de buscar la manera de no traicionar la parte de madera seca natural con un trabajo que muestre en demasía la mano humana.
Mi idea es trabajar la zona de madera maciza desde dentro hacia afuera para que la parte de madera seca con mas apariencia de vejez situada en el exterior, atenúe el impacto visual que tiene la madera trabajada con maquinaria eléctrica.
Bueno, ya solo me queda comenzar con el trabajo esperando que la suerte me acompañe.
Después de unos pocas de horas de trabajo repartidas en varios días, por fin puedo dar por concluido esta sesión de trabajo.
Una vez finalizado el trabajo estoy contento del resultado obtenido, he podido rescatar una planta desahuciada y redirigirla por un camino mejor.
Seré paciente, aún faltan algunos arreglos menores de madera y mucho trabajo para construir la copa, pero si algún día esta planta tiene la suerte de ser presentada en una exposición, podré considerarlo como un éxito a nivel personal.
Antes y después |
Las siguiente fotos muestran detalles del trabajo realizado.
Desde este ángulo se aprecia perfectamente el trabajo. Creo sinceramente que es otro posible frente en un diseño final.
Lo siento amigos mios, no es que no me guste la paella pero, donde se ponga un buen melón...
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Foto final |
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Pequeño Gran Shimpaku Parte 3
Continuando con la serie Pequeño Gran Shimpaku, volveré a trabajar otro, esta vez de producción propia.
Este es el estado de la planta antes de comenzar con el trabajo de refinado.
Como se puede apreciar, es una planta que casi alcanza los 18 cms. de alto.
Aunque es una planta de reducidas dimensiones, el objetivo principal del trabajo será reducir aún más la altura hasta ajustar la copa alrededor de tronco y con ello sacar a relucir los detalles que éste posee para revalorizarlo.
La siguiente fotografía muestra el aspecto de la planta tras la poda.
Guardaré un par de trozos y el resto lo mezclaré con musgo esfagno.
El esfagno, carente de semillas, me servirá de base de crecimiento del musgo verde.
El próximo paso será trasplantarlo a una maceta más adecuada y corregir el ángulo de plantado.
La siguiente fotografía muestran el antes y después una vez realizado el trabajo.
Con este trabajo he reducido la planta de 18 cms. a tan solo 13 cms.
Creo que he alcanzado el objetivo que me puse antes de comenzar el trabajo.
He creado una planta mucho más pequeña y he logrado compactar la copa alrededor del tronco para revalorizarlo.
La verdad es que a falta de tiempo para que la copa vaya madurando, estoy contento con el resultado obtenido.
Este es el estado de la planta antes de comenzar con el trabajo de refinado.
Como se puede apreciar, es una planta que casi alcanza los 18 cms. de alto.
Lo primero que haré será podar 3 ramas que dejé de sacrificio.
La siguiente fotografía muestra el aspecto de la planta tras la poda.
Evidentemente no las eliminaré completamente, las usaré para la creación de jines.
Después de un rato este es el resultado obtenido.
Antes de hacer un repaso para eliminar la suciedad acumulada en el tronco, recuperaré el musgo para volver a aprovecharlo una vez la planta esté trasplantada.
Después de un rato este es el resultado obtenido.
Antes de hacer un repaso para eliminar la suciedad acumulada en el tronco, recuperaré el musgo para volver a aprovecharlo una vez la planta esté trasplantada.
Guardaré un par de trozos y el resto lo mezclaré con musgo esfagno.
El esfagno, carente de semillas, me servirá de base de crecimiento del musgo verde.
Detalle de la mezcla |
En una planta de tan pequeñas dimensiones y en un espacio tan reducido, siempre es bueno poner una capa de musgo para permitir que la totalidad del espacio de la maceta sea aprovechable por las raíces de la planta.
En este caso en concreto pondré una gruesa capa de la mezcla obtenida.
Bien, ahora pasaré al alambrado y posteriormente a la reorganización del verde...
... Después de un rato este es el resultado obtenido.
En este caso en concreto pondré una gruesa capa de la mezcla obtenida.
Bien, ahora pasaré al alambrado y posteriormente a la reorganización del verde...
... Después de un rato este es el resultado obtenido.
El próximo paso será trasplantarlo a una maceta más adecuada y corregir el ángulo de plantado.
La siguiente fotografía muestran el antes y después una vez realizado el trabajo.
Con este trabajo he reducido la planta de 18 cms. a tan solo 13 cms.
Creo que he alcanzado el objetivo que me puse antes de comenzar el trabajo.
He creado una planta mucho más pequeña y he logrado compactar la copa alrededor del tronco para revalorizarlo.
La verdad es que a falta de tiempo para que la copa vaya madurando, estoy contento con el resultado obtenido.
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Foto final |
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En Pocas Palabras... Trabajo de Madera
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En Pocas Palabras... Otro Trabajo de Madera
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En Pocas Palabras... El Salto de la Rana
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Pequeño Gran Shimpaku Parte 4
Nuevamente trabajaré un shimpaku de tamaño reducido, el último de esta temporada que proviene de producción propia.
La siguiente fotografía muestra la planta protagonista antes del trabajo.
El tronco tiene varias curvas que van en todas las direcciones y una rama de sacrificio con un trabajo previo para poder realizar un jin con interés y no el típico jin recto.
Lo primero que haré será definir el comienzo del shari y pelar el jin.
El mejor momento para eliminar la corteza es cuando la planta está activa a partir de la primavera, es entonces cuando podemos usar una cuchilla bien afilada para despegarla fácilmente y con precisión definir la línea del shari.
El sellado de la vena se producirá si la planta goza de vigor en 2 o 3 semanas escasas, no siendo necesario en el caso del shimpaku aplicar pasta selladora ni ningún otro producto.
Una vez eliminada la corteza, tendremos como resultado lo que se puede apreciar en la siguiente fotografía.
Como he comentado en trabajos anteriores, el shari hay que ir ensanchándolo en el transcurso de algunos años hasta que la vena sea bastante más delgada y sutil.
Prácticamente casi todo el mundo sabe que la manera más sencilla de comenzar el trabajo de leña seca en los juníperos es justo recién eliminada la corteza, cuando la madera aún está, podríamos decir, fresca.
A continuación trabajaré la parte de leña seca expuesta después del descortezado, iré tirando de la fibra poco a poco dejando que ésta siga la dirección de la veta, de este modo se verá natural.
Personalmente, en piezas de tan pequeño tamaño no suelo quitar mucho ya que me puedo quedar con un jin extremadamente fino y poco consistente, considero que es más adecuado crear un poco de detalle y dejar que el paso del tiempo haga el resto del trabajo.
Por otro lado, cuando trabajo con piezas de mayor tamaño, la técnica que empleo para este tipo de labor es muy similar, pero hay varios pasos añadidos que ayudan a sacar más partido y a realizar un trabajo más eficiente.
Poco después el trabajo está casi terminado. Fijaos como queda con un ratito de trabajo...
He utilizado la llama del soplete de precisión para secar un poco la madera y eliminar las pequeñas imperfecciones, ahora he de terminar con una máquina, tipo "proxxon", con un cepillo pequeño para pulir los detalles y conseguir una buena terminación.
Creo que no hace falta explicar que en esto del bonsái, el pulido de todos los detalles y un buen acabado son fundamentales para obtener un resultado decente y para ello no hay más remedio que trabajar concentrado, poco a poco y con tranquilidad.
A partir de ahora queda alambrar la ramificación y recolocar la copa.
Un rato después ya tengo una primera aproximación al resultado final.
Por último cambiaré el ángulo de plantado usando una nueva maceta y finalizaré con la aplicación del líquido de jin.
Las siguiente fotografías muestran algunos detalles una vez finalizado el trabajo.
Antes y después.
Foto final.
La siguiente fotografía muestra la planta protagonista antes del trabajo.
El tronco tiene varias curvas que van en todas las direcciones y una rama de sacrificio con un trabajo previo para poder realizar un jin con interés y no el típico jin recto.
Lo primero que haré será definir el comienzo del shari y pelar el jin.
El mejor momento para eliminar la corteza es cuando la planta está activa a partir de la primavera, es entonces cuando podemos usar una cuchilla bien afilada para despegarla fácilmente y con precisión definir la línea del shari.
El sellado de la vena se producirá si la planta goza de vigor en 2 o 3 semanas escasas, no siendo necesario en el caso del shimpaku aplicar pasta selladora ni ningún otro producto.
Una vez eliminada la corteza, tendremos como resultado lo que se puede apreciar en la siguiente fotografía.
Como he comentado en trabajos anteriores, el shari hay que ir ensanchándolo en el transcurso de algunos años hasta que la vena sea bastante más delgada y sutil.
Prácticamente casi todo el mundo sabe que la manera más sencilla de comenzar el trabajo de leña seca en los juníperos es justo recién eliminada la corteza, cuando la madera aún está, podríamos decir, fresca.
A continuación trabajaré la parte de leña seca expuesta después del descortezado, iré tirando de la fibra poco a poco dejando que ésta siga la dirección de la veta, de este modo se verá natural.
Personalmente, en piezas de tan pequeño tamaño no suelo quitar mucho ya que me puedo quedar con un jin extremadamente fino y poco consistente, considero que es más adecuado crear un poco de detalle y dejar que el paso del tiempo haga el resto del trabajo.
Por otro lado, cuando trabajo con piezas de mayor tamaño, la técnica que empleo para este tipo de labor es muy similar, pero hay varios pasos añadidos que ayudan a sacar más partido y a realizar un trabajo más eficiente.
Poco después el trabajo está casi terminado. Fijaos como queda con un ratito de trabajo...
He utilizado la llama del soplete de precisión para secar un poco la madera y eliminar las pequeñas imperfecciones, ahora he de terminar con una máquina, tipo "proxxon", con un cepillo pequeño para pulir los detalles y conseguir una buena terminación.
Creo que no hace falta explicar que en esto del bonsái, el pulido de todos los detalles y un buen acabado son fundamentales para obtener un resultado decente y para ello no hay más remedio que trabajar concentrado, poco a poco y con tranquilidad.
A partir de ahora queda alambrar la ramificación y recolocar la copa.
Un rato después ya tengo una primera aproximación al resultado final.
Por último cambiaré el ángulo de plantado usando una nueva maceta y finalizaré con la aplicación del líquido de jin.
Las siguiente fotografías muestran algunos detalles una vez finalizado el trabajo.
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Detalle del jin |
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Detalle de la línea de subida de savia y del shari |
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Detalle de la copa |
Antes y después.
Foto final.
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Renacimiento de un Juniperus Chinensis
La planta que trabajaré en esta ocasión es un Juniperus Chinensis que ya recibió hace algunos años una primera formación en la cual se definió un camino determinado. El resultado de esa primera formación se puede apreciar en la imagen de abajo.
Aún no tengo completamente claro quien realizó el primer diseño pero puedo decir positivamente que bajo mi punto de vista se realizó un diseño que reunía en sí las particularidades del estilo inclinado o shakan, mezclado con un leve y suave recuerdo a bunjin que nos viene dado por la falta de curvas exageradas y el escaso grosor unido a la silueta esbelta del tronco.
Podemos apreciar en el diseño una particular otoshieda o rama en cascada en la misma dirección del movimiento general de la planta. Esta particularidad hace que el peso visual de la copa caiga en la misma dirección de la inclinación, sin embargo la planta no muestra desequilibrio visual gracias a la disposición de las masas de verde en horizontal y sutilmente colocadas.
La siguiente imagen muestra la planta en la actualidad, su altura es 51 cms y su anchura 62 cms.
El trabajo que realizaré en esta ocasión, como el propio nombre del artículo indica, es un renacimiento de esta planta buscando las características del diseño original y intentar avanzar en lo máximo que la planta nos permita.
Lo primero que haré será hacer un repaso de los detalles de la planta y comenzaré por mostrar la zona del nebari.
Verdaderamente la planta no tiene unas raíces superficiales que podamos definir como nebari, sin embargo este rasgo tan importante en otras especies o en otros diseños no lo es tanto cuando se trata de un junípero, cobrando mas importancia el hecho de que se pueda apreciar desde el frente el nacimiento de la vena viva.
En el caso de este shimpaku, una vez se realice una correcta limpieza del tronco, las venas vivas y las zonas de leña seca, esta planta quedará completamente revalorizada.
El tachiagari ya comienza a mostrar los síntomas del paso del tiempo. La vena viva redondeada y los jines envejecidos son una muestra de ello, sin embargo, la línea de subida de savia necesitará un leve retoque.
En la siguiente fotografía se puede apreciar como la otoshieda nace hacia arriba y cae describiendo en el primer tramo el arco característico de una rama madura.
Quizás se hecha en falta un poco de conicidad en la rama y algunos detalles traumáticos característicos en las ramas de esta especie.
También se puede apreciar la bifurcación del tronco.
Si logro que esta zona tenga más nitidez, la planta ganará en calidad de detalle.
Bien, como primer paso fundamental y necesario, necesito hacer un selección de la hoja que me permita revigorizar la copa y de paso poder trabajar con comodidad y precisión en el alambrado.
Vuelvo a repetir como hice en artículos anteriores que un correcto alambrado empieza por preparar la planta para recibirlo, dejando paso la tenaza corta-alambre a la tijera podadora fina.
Mi manera de realizar este trabajo es hacer una completa selección de la hoja en toda la planta casi sin eliminar ramificación y a continuación antes de alambrar individualmente cada rama, me dispongo a seleccionar en ella la ramificación fina que consideré oportuna.
De esta manera no corro riesgo de eliminar ramificación fina de una rama que eventualmente puede ser cambiada de posición o ángulo.
Una vez realizada la primera selección de la hoja se puede apreciar como la copa es ahora trasparente. Solo con la limpieza, ya es apreciable que tras las hojas existe una planta deseando lucirse.
La siguiente fotografía muestra el resultado obtenido.
En el frente se puede apreciar una rama larga que pertenecía al conjunto del ápice. Tiene una bifurcación y las hojas en la punta muy lejos de la base de la rama. En la actualidad esta rama es prescindible.
La siguiente fotografía muestra como apartando esa rama podemos acceder al tachiagari.
El siguiente paso que daré será una exhaustiva limpieza de la leña seca y de las venas vivas, a continuación he de retocar algunas zonas de leña seca intentando mejorarlas y después retocar los filos de las venas vivas.
Una vez realizada la limpieza me centraré en las mejoras mencionadas con anterioridad.
Las siguientes fotografías muestran detalles del trabajo realizado hasta el momento.
Como último trabajo de retoque, intentaré revalorizar la otoshieda dotándola de más carácter con el objetivo de que tenga concordancia con el tachiagari.
La siguiente fotografía muestra la zona antes del trabajo.
Después de un rato de trabajo, el resultado obtenido es satisfactorio, no obstante la línea de madera seca de la otoshieda necesitará en el trascurso de varios años algunos trabajos adicionales para conseguir que muestre una vena más sutil y un carácter mucho más austero.
Con los trabajos realizados hasta el momento este shimpaku ha despertado del letargo, ha llegado el momento de posicionar la ramificación para devolverle la silueta que lucía años atrás.
La siguiente foto muestra la planta antes de ser nuevamente reeducada.
Es importante a la hora de hacer una obra de arte basada en los principios estéticos del ZEN y en nuestro caso en una obra bonsái, no olvidar jamás uno de los elementos fundamentales: La tranquilidad.
La tranquilidad se muestra como un estado de quietud y calma, por lo tanto no importa si existe orientación en el diseño, ya que el movimiento siempre está en el plano del equilibrio y jamás en el plano del desequilibrio, para ello es de suma importancia tener claro y saber diferenciar cuando hay movimiento y cuando hay desequilibrio.
Después de unas horas de alambrado y posicionamiento, puedo dar por concluida esta sesión de trabajo. Ahora toca esperar a que la copa compacte con el constante y continuado pinzado.
Las siguientes fotos muestran algunos detalles del trabajo.
Una vez finalizada esta sesión de trabajo, solo queda esperar al siguiente principio de temporada donde será trasplantado a una maceta adecuada, solo entonces la claridad del día volverá a iluminar nuevamente a esta planta.
Altura: 45 cms, anchura: 50 cms.
Aún no tengo completamente claro quien realizó el primer diseño pero puedo decir positivamente que bajo mi punto de vista se realizó un diseño que reunía en sí las particularidades del estilo inclinado o shakan, mezclado con un leve y suave recuerdo a bunjin que nos viene dado por la falta de curvas exageradas y el escaso grosor unido a la silueta esbelta del tronco.
Podemos apreciar en el diseño una particular otoshieda o rama en cascada en la misma dirección del movimiento general de la planta. Esta particularidad hace que el peso visual de la copa caiga en la misma dirección de la inclinación, sin embargo la planta no muestra desequilibrio visual gracias a la disposición de las masas de verde en horizontal y sutilmente colocadas.
Con el transcurrir de algunos años y sin la necesaria atención, la copa ha crecido de manera desmesurada y las hojas son ahora una cortina que no nos permite apreciar ni el tachiagari en el interior ni su particular otoshieda, por lo tanto actualmente no muestra esa graciosa mezcla de shakan/bunjin. Tampoco ningún diseño y ni tan siquiera indicios de parecer un bonsái.
La siguiente imagen muestra la planta en la actualidad, su altura es 51 cms y su anchura 62 cms.
Estado de la planta en la actualidad |
El trabajo que realizaré en esta ocasión, como el propio nombre del artículo indica, es un renacimiento de esta planta buscando las características del diseño original y intentar avanzar en lo máximo que la planta nos permita.
Lo primero que haré será hacer un repaso de los detalles de la planta y comenzaré por mostrar la zona del nebari.
Verdaderamente la planta no tiene unas raíces superficiales que podamos definir como nebari, sin embargo este rasgo tan importante en otras especies o en otros diseños no lo es tanto cuando se trata de un junípero, cobrando mas importancia el hecho de que se pueda apreciar desde el frente el nacimiento de la vena viva.
En el caso de este shimpaku, una vez se realice una correcta limpieza del tronco, las venas vivas y las zonas de leña seca, esta planta quedará completamente revalorizada.
El tachiagari ya comienza a mostrar los síntomas del paso del tiempo. La vena viva redondeada y los jines envejecidos son una muestra de ello, sin embargo, la línea de subida de savia necesitará un leve retoque.
En la siguiente fotografía se puede apreciar como la otoshieda nace hacia arriba y cae describiendo en el primer tramo el arco característico de una rama madura.
Quizás se hecha en falta un poco de conicidad en la rama y algunos detalles traumáticos característicos en las ramas de esta especie.
También se puede apreciar la bifurcación del tronco.
Si logro que esta zona tenga más nitidez, la planta ganará en calidad de detalle.
Bien, como primer paso fundamental y necesario, necesito hacer un selección de la hoja que me permita revigorizar la copa y de paso poder trabajar con comodidad y precisión en el alambrado.
Vuelvo a repetir como hice en artículos anteriores que un correcto alambrado empieza por preparar la planta para recibirlo, dejando paso la tenaza corta-alambre a la tijera podadora fina.
Mi manera de realizar este trabajo es hacer una completa selección de la hoja en toda la planta casi sin eliminar ramificación y a continuación antes de alambrar individualmente cada rama, me dispongo a seleccionar en ella la ramificación fina que consideré oportuna.
De esta manera no corro riesgo de eliminar ramificación fina de una rama que eventualmente puede ser cambiada de posición o ángulo.
Una vez realizada la primera selección de la hoja se puede apreciar como la copa es ahora trasparente. Solo con la limpieza, ya es apreciable que tras las hojas existe una planta deseando lucirse.
La siguiente fotografía muestra el resultado obtenido.
En el frente se puede apreciar una rama larga que pertenecía al conjunto del ápice. Tiene una bifurcación y las hojas en la punta muy lejos de la base de la rama. En la actualidad esta rama es prescindible.
La siguiente fotografía muestra como apartando esa rama podemos acceder al tachiagari.
El siguiente paso que daré será una exhaustiva limpieza de la leña seca y de las venas vivas, a continuación he de retocar algunas zonas de leña seca intentando mejorarlas y después retocar los filos de las venas vivas.
Una vez realizada la limpieza me centraré en las mejoras mencionadas con anterioridad.
Las siguientes fotografías muestran detalles del trabajo realizado hasta el momento.
Detalle del retoque de la vena viva |
Detalles de los retoques en la zona media del tachiagari |
Detalle del jin creado a partir de una rama prescindible |
Podemos apreciar como hay más detalle en la textura. |
Como último trabajo de retoque, intentaré revalorizar la otoshieda dotándola de más carácter con el objetivo de que tenga concordancia con el tachiagari.
La siguiente fotografía muestra la zona antes del trabajo.
Después de un rato de trabajo, el resultado obtenido es satisfactorio, no obstante la línea de madera seca de la otoshieda necesitará en el trascurso de varios años algunos trabajos adicionales para conseguir que muestre una vena más sutil y un carácter mucho más austero.
Detalle de la mejora en la otoshieda |
Con los trabajos realizados hasta el momento este shimpaku ha despertado del letargo, ha llegado el momento de posicionar la ramificación para devolverle la silueta que lucía años atrás.
La siguiente foto muestra la planta antes de ser nuevamente reeducada.
Es importante a la hora de hacer una obra de arte basada en los principios estéticos del ZEN y en nuestro caso en una obra bonsái, no olvidar jamás uno de los elementos fundamentales: La tranquilidad.
La tranquilidad se muestra como un estado de quietud y calma, por lo tanto no importa si existe orientación en el diseño, ya que el movimiento siempre está en el plano del equilibrio y jamás en el plano del desequilibrio, para ello es de suma importancia tener claro y saber diferenciar cuando hay movimiento y cuando hay desequilibrio.
Después de unas horas de alambrado y posicionamiento, puedo dar por concluida esta sesión de trabajo. Ahora toca esperar a que la copa compacte con el constante y continuado pinzado.
Las siguientes fotos muestran algunos detalles del trabajo.
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Detalle del tachiagari |
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Detalle del shari de la otoshieda |
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Detalle de la copa de la otoshieda (rama en cascada) |
Una vez finalizada esta sesión de trabajo, solo queda esperar al siguiente principio de temporada donde será trasplantado a una maceta adecuada, solo entonces la claridad del día volverá a iluminar nuevamente a esta planta.
Antes y después |
Altura: 45 cms, anchura: 50 cms.
Foto final |
Foto final fondo negro retocado |
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Satsuki, comenzando su camino...
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Menos de 21...
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Trabajo de madera sobre un shimpaku
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La Severidad de la Naturaleza
I.
Es evidente que la mayor fuente de inspiración a la hora de diseñar un bonsái es tomar como muestra aquellos árboles que podemos ver en la naturaleza.
Situarse frente a un árbol de estas características nos transmite un sentimiento de intenso contraste, la exigente severidad de la naturaleza y el aprendizaje en la superación de las adversidades, este sentimiento en mayor o menor medida va haciendo también mella en nuestra sensibilidad y nos permite evolucionar en nuestro largo camino en el bonsái.
II.
La planta que trabajaré en esta ocasión es el Juniperus Chinensis que se muestra en la siguiente fotografía.
No es una planta excepcional pero con un trabajo correcto puede dar mucho de sí.
Es el momento de observar y recapacitar...
Los elementos físicos de la planta sobre los cuales me apoyo con más o menos éxito a la hora de comenzar el diseño y que desde mi punto de vista personal son los que ponderan la calidad final de una pieza son 3 interrelacionados entre sí.
Está claro que para hacer "bonsái" todas estas cosas no tienen por qué ser necesarias, a la vista está.
Cada cual puede hacer bonsái como le plazca y buscar la inspiración como mejor pueda... por ese motivo yo tengo muy claro cuáles son mis objetivos y hacia donde quiero evolucionar, y en este sentido tengo que agradecer al que fue mi maestro y me inculcó esta particular forma de inspiración, Massimo Bandera.
III.
Cuando el propietario me entregó la planta me dijo:
- Salvador, me gustaría que hicieses un diseño lo más refinado posible, sé que es una planta un poco sosa, pero confío en que sabrás sacar partido de ella.
Mi respuesta sabiendo que no siempre es posible fue, lo intentaré...
Una vez situada la planta en el banco de trabajo comencé a retirar las ramas que no permitían ver el interior y pude comprobar que evidentemente el tronco aunque tenía varias curvas, estas tenían líneas repetitivas y monótonas.
Personalmente opino que el frente desde el cual está plantado, es demasiado plano y simétrico y considero de vital importancia huir de la simetría en prácticamente casi todos los casos... ojo, no en todos.
El primer paso fue descargar la planta de las ramas que según mi criterio no eran necesarias.
En la siguiente fotografía se muestra la zona del tachiagari que quiero destacar.
Toda esa zona la ocupará un vacío con una línea de fuerza que llega desde la dirección indicada.
Esta zona la considero importante ya que será donde más evidentemente se podrán apreciar los 7 elementos mencionados con anterioridad.
Una vez he definido la línea de trabajo, es el momento de hacer una limpieza general de la planta.
Una cuestión de cultivo que considero vital y mucho más cuando no se tiene la experiencia suficiente, es la exhaustiva limpieza de la corteza.
Es importante la eliminación de las tiras de corteza muerta para tener claridad y poder fácilmente detectar si nuestra planta sufre algún tipo de ataque, sobre todo de minadores que dejaran a su paso un pequeño orificio en la vena viva.
Con la corteza saneada y un ojo afinado será mucho más fácil la detección de cualquier elemento de riesgo.
Este es el aspecto que presenta la corteza una vez saneada.
Es el momento de crear el shari y cambiar el aspecto de las ramas podadas por jines trabajados.
Después de varias horas, el resultado son jines con pequeños detalles.
El shari cubre a la planta desde abajo hasta a arriba, terminando en la zona alta en unos jines que creo que darán a la copa un poco más de interés.
En la siguiente imagen se puede apreciar un pequeño truco o recurso para que una rama tenga una apariencia más interesante.
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Llegó el momento de alambrar y posicionar.
Las siguientes fotos muestran el resultado final obtenido.
A falta de tiempo, creo que el resultado obtenido es satisfactorio. Espero que el propietario esté también satisfecho.
Es el momento de analizar el resultado final con los valores anteriormente expuestos. Observar, recapacitar e intentar aprender para poder evolucionar.
Es evidente que la mayor fuente de inspiración a la hora de diseñar un bonsái es tomar como muestra aquellos árboles que podemos ver en la naturaleza.
Ya sea una planta de alta montaña o aquella que tenemos cerca de casa, siempre que las observamos tenemos ese sentimiento de grandeza y respeto. Por un instante nuestro espíritu se eleva y es entonces cuando podemos notar que nos envuelve la inspiración.
Hoy en día no es tarea fácil encontrar en la ciudad árboles viejos que nos sirvan de inspiración. Donde vivo, es incluso difícil encontrarlos en la montaña y es necesario desplazarse muchos kilómetros para poder apreciarlos.
La siguiente imagen fue captada por mi objetivo el año 2007 y muestra un viejo pinsapo (Abies Pinsapo) en la Sierra de las Nieves, en la provincia de Málaga (España).
Pinsapo en La Sierra de las Nieves (Málaga) |
Situarse frente a un árbol de estas características nos transmite un sentimiento de intenso contraste, la exigente severidad de la naturaleza y el aprendizaje en la superación de las adversidades, este sentimiento en mayor o menor medida va haciendo también mella en nuestra sensibilidad y nos permite evolucionar en nuestro largo camino en el bonsái.
II.
La planta que trabajaré en esta ocasión es el Juniperus Chinensis que se muestra en la siguiente fotografía.
No es una planta excepcional pero con un trabajo correcto puede dar mucho de sí.
Es el momento de observar y recapacitar...
Los elementos físicos de la planta sobre los cuales me apoyo con más o menos éxito a la hora de comenzar el diseño y que desde mi punto de vista personal son los que ponderan la calidad final de una pieza son 3 interrelacionados entre sí.
- Nebari (Raíces superficiales)
- Tachiagari (Tronco)
- Sashieda (Rama más importante)
Los elementos sugestivos que, desde mi punto de vista, añaden interés, provocan emoción y atraen son 7, considerados los 7 elementos de la estética ZEN.
- Austeridad
- Asimetría
- Simplicidad
- Tranquilidad
- Naturalidad
- Profundidad Sutil
- Libertad de acción
Está claro que para hacer "bonsái" todas estas cosas no tienen por qué ser necesarias, a la vista está.
Cada cual puede hacer bonsái como le plazca y buscar la inspiración como mejor pueda... por ese motivo yo tengo muy claro cuáles son mis objetivos y hacia donde quiero evolucionar, y en este sentido tengo que agradecer al que fue mi maestro y me inculcó esta particular forma de inspiración, Massimo Bandera.
III.
Cuando el propietario me entregó la planta me dijo:
- Salvador, me gustaría que hicieses un diseño lo más refinado posible, sé que es una planta un poco sosa, pero confío en que sabrás sacar partido de ella.
Mi respuesta sabiendo que no siempre es posible fue, lo intentaré...
Una vez situada la planta en el banco de trabajo comencé a retirar las ramas que no permitían ver el interior y pude comprobar que evidentemente el tronco aunque tenía varias curvas, estas tenían líneas repetitivas y monótonas.
Personalmente opino que el frente desde el cual está plantado, es demasiado plano y simétrico y considero de vital importancia huir de la simetría en prácticamente casi todos los casos... ojo, no en todos.
El primer paso fue descargar la planta de las ramas que según mi criterio no eran necesarias.
En la siguiente fotografía se muestra la zona del tachiagari que quiero destacar.
Toda esa zona la ocupará un vacío con una línea de fuerza que llega desde la dirección indicada.
Esta zona la considero importante ya que será donde más evidentemente se podrán apreciar los 7 elementos mencionados con anterioridad.
Una vez he definido la línea de trabajo, es el momento de hacer una limpieza general de la planta.
Una cuestión de cultivo que considero vital y mucho más cuando no se tiene la experiencia suficiente, es la exhaustiva limpieza de la corteza.
Es importante la eliminación de las tiras de corteza muerta para tener claridad y poder fácilmente detectar si nuestra planta sufre algún tipo de ataque, sobre todo de minadores que dejaran a su paso un pequeño orificio en la vena viva.
Con la corteza saneada y un ojo afinado será mucho más fácil la detección de cualquier elemento de riesgo.
Este es el aspecto que presenta la corteza una vez saneada.
Es el momento de crear el shari y cambiar el aspecto de las ramas podadas por jines trabajados.
El shari cubre a la planta desde abajo hasta a arriba, terminando en la zona alta en unos jines que creo que darán a la copa un poco más de interés.
En la siguiente imagen se puede apreciar un pequeño truco o recurso para que una rama tenga una apariencia más interesante.
Llegó el momento de alambrar y posicionar.
Las siguientes fotos muestran el resultado final obtenido.
A falta de tiempo, creo que el resultado obtenido es satisfactorio. Espero que el propietario esté también satisfecho.
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Antes y después |
- Nebari (Raíces superficiales)
- Tachiagari (Tronco)
- Sashieda (Rama más importante)
- Austeridad
- Asimetría
- Simplicidad
- Tranquilidad
- Naturalidad
- Profundidad Sutil
- Libertad de acción
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En Pocas Palabras... Kumo Bunjin
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